Juegos de verano

 

Selección de poemas de esta colección

 

de

 

 

José María Torres Morenilla

 

   


Juegos de verano

 

 

  •  

    yo busco tus pies rosados,

    tan suaves como tus labios,

     cálidos como tu mirada, con melodía amorosa

    los arrullo con besos, que los tienes que pisar.

     



    .

    3

    en mis espaldas siento tu pecho respirar,

    el dulce jadeo es columpio para el blanco Cupido

    que nos llega mojado de la fuente del jardín;

    tus brazos me encarcelan con grillos de dulzuras,

     en el cercano bosque relinchan unos caballos,

    ruidoso parece el mar en esta noche que oculta.





    4

    el sol es nuestro amigo,

    sus brazos poderosos, con infinito agrado

    pasa por nuestros cuerpos

    y mucho más adentro nos calienta más;

    furiosas nubes grises tratan de ocultárnoslo.

     



  • 6

    en el jardín tenemos una fuentecilla blanca,

     para que tus labios beban solo de mi besar,

     el agua que tú besas, de apariencia tan tenue

     tiene mis ternuras y tus alas de cristal.



  • 7

     

    vestida estás de túnicas ampulosas,

    que tu cuerpo descubren y dejan ver tus piernas,

    tu hermosura es el vestido del rojo atardecer,

    en ti todo es solemne, amplio y ceremonioso.




  • 8

    pon tu mano en mi pecho,

    llega con tu calor de corazón extraño

    que dentro de mí sigue tus ritmos cadenciosos.

    tuya es su locura, tuyos son sus pasos.

    te acoge el barbecho de la tierra que mojas,

    como un cielo inmenso a una paloma hermosa.

  •  

    pon tu mano en mi pecho,

    y juega con mis latidos,

    sobre tu cielo amoroso una paloma sale

    para volar con tus juegos y al pronto regresar.

     

     


  • 10

     un pecho de jazmines sube a tu ventana,

    las estrellas te imitan y regalan su perfume,

    las paredes se cubren de los frutos diminutos,

    que se adornan solapados, defendidos en su número,

     la noche se queda con sus sonatas blancas

    y nos canta sutil hasta el amanecer.




    11

    el vino es un rufián tan viejo como el mar,

    pero es el compañero de nuestros juegos,

    pues desata la lengua y alarga nuestros brazos,

    se ríe de nuestras gracias, que parecen ocurrentes,

    bebido, con mesura, nuestra noche es más larga,

    en la copa del amor bebemos nuestras caricias,

     la noche derramada nos traerá mucha suerte.




  •  

     

     


     



    torresmorenilla@ono.com

    ©José Mª Torres Morenilla

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