NUMEN TACTUS
El poder del tacto
(Las tres gracias de Torres Morenilla)
de
NUMEN TACTUS
I
Vuelve hombre amado
a sembrar la tierra
con la luz que duerme
y duerme tus ansias ,
ahonda el acero en el surco,
siente el latido de ella
bajo el rayo del sol,
sobre tus espaldas
en la hoja reflejará sus luces,
en lo gris echa la simiente,
como rubia nieve,
enjuta y rebosante,
sobre el escaro de sus ondas
crecerá la planta,
desveza mugrones de tus ansias
que brillante la máquina
dejó crecer en tu alma,
y vuelve a tus siembras
a la vida vuelve.
II
Vienen los pastores
en la gris montaña,
por senderos quiebros,
vuelven mulas negras
con la verde carga
tras el campesino,
como vienen ellos
así va mi alma.
Fundirán los rayos
en la nieve casta
el sol que se posa,
crujirán los remos
en la mar la barca
al volver, ya noche
en alada espuma
y rozar la playa.
Batirán palomas
sobre la campiña
sus cansadas alas,
sobre campos verdes
en aire atrapadas,
los compases últimos
la alegría postrera
de postrera danza.
Una luna grande
estará sumisa
mirando la nada
y en la torres gris
sonará más limpia
la verde campana,
circulares ondas,
sonará callada.
III
Tu sombra me persigue,
¡qué fuerza!
tu voz me ha llamado
¡qué fuerza!
Tu ayer es hoy
y no puedo resistir
¡qué fuerza!
Caen las horas,
ruedan,
vuelan,
tus ojos
sobre mi mente
con paso corto,
cual fuente
que hacia mí viene
y eres tú,
son tus ojos.
Crespa la mar me recibe,
se fue la brisa
de las olas que van y vienen,
chocan, ¡ parten
mi soledad!
cual cristal;
rosas,
fuentes,
lagos,
luz
amarga.
Ruedan silencios
vientos
ecos
cielos
sol
agua
amor
¡ y tú!
¿ tú?
solo es un sueño.
IV
Yo soy el viento,
tú eres la flor,
yo paso fuerte,
tú dices no,
si voy despacio
tu dices no
si me detengo
quieta la flor,
beso en tu boca
y dices no,
lloro a tu tallo
me dices no,
subo a la nube
me bebe el sol,
bajo a la fuente
y oigo que no,
yo soy el viento
tú eres la flor.
V
Fue aquello soñar
éxtasis primero
derrochar amor
casi sin saberlo.
Sentada a mi lado
jugaba en tus dedos
cual fueran la llama
que ardiera en mi pecho.
Todo era poesía
como campo y cielo
todo era más limpio
como blanco fuego.
Esa luz tan tuya
seguirá viviendo
dentro de mi alma
jugará en mis dedos.
Por eso amor mío
seguirá aquel sueño
siendo mi poesía
casi sin saberlo.
VI
Amor, si me preguntaran
qué fue aquello
yo diría que nada
pero lo viví cerca
lejos de la calma
y llegué a palparlo
en tu bella cara.
Amor, si me preguntaran
por aquel tiempo
yo diría que nada,
pero fue distinto
a veces temblabas
cual tiemblan de amor
palomas al alba,
¿ era eso mentir?
no me digas nada.
VII
No duerme la luna
duerme el agua, sí, del río,
y las flores y los vientos,
la luna al cielo hace un guiño.
Suenan músicas esféricas,
cascadas, torrentes, himnos
que al caer sobre la tierra
se convierten en suspiros.
Y yo cual sombra cual sueño
estoy en todo contigo,
dormido en tus blancos senos,
como en la flor el rocío.
VIII
Oh sombra de cristal pura
que todo lo agita,
es un sueño frío y ágil,
son cristales, son agujas para el alma,
ruedan tras de sí las palabras
y las imágenes
cual lágrimas
de fuegos pirotécnicos,
y tú tras la ventana
despeinada y desnuda
¡ no has visto esa luz!
que te desvela, ese fuego
y el corazón en tus dedos
¿ no juega cual rosa del viento?
Dónde marchó todo,
qué país queda
qué fuente está seca
que árbol murió
qué cristales hirieron.
Todo se ha perdido.
Cantan las flores
locuras de amor
quemando su aroma,
éxtasis de la soledad
y yo te espero,
aunque estoy muerto
rodeando tus brazos
en sueños,
besando tu sombra,
blanca de cal,
ahondando mi fuego
tu figura como a la brisa
mis salobres sueños,
arderán mis ilusiones,
silencio,
silencio trémulo
y los recuerdos,
tú sigues aquí
en el silencio.
X
Dame tu mano
que quiero sentir el frío
del áspide,
las púas de sus escamas,
el doloroso instante
que crece por la sangre
y me hará llorar de placer,
dame tu mano que se desliza
y del todo no das
pero nunca la quitas,
me enseñas el mundo,
me llevas por senderos dormidos,
y levantas mis entrañas
vestidas de embajadoras,
se pavonean con cartas de amor
plenipotenciarias,
soy del todo tuyo,
solo falta tu firma,
tu firma me pone firme,
y lo rubrico con besos de acero
en tu boca mojada.
XI
Son caballos amarillos que relinchan
tras los dientes de nácar de la montaña
los que llevan en tropel de fuego las campanas
de paz que es menos paz sin alegría.
Oh mundo, qué feliz soy al tenerte tras mis ojos,
canto rodado, pie deshecho,
qué feliz soy al quererte
mis sandalias en tus guijarros lamen tus heridas
Estoy lleno de mí fluyen los ríos
con fuerza las palabras
como espumas de rimas que derraman
un ser etéreo de opacas nubes.
Mis palabras son como fuentes
que de lo que toman manan,
su aire es mi embeleso
subo y acompaño la soledad de los mundos.
Enganchado a las azucenas,
¿ qué tendrá que ver con esto, digo,
quién cree en las flores? los lirios...
los lirios solo son delirios.
Va todo en torbellino con sus vueltas
mi alma se emborracha de armonía
con los ayes que al fugarse se deslizan
pues el mundo huye a otras metas.
Caminos sin veredas para mis huesos,
camino para tropezar y echar los restos,
camino libertario de mis presos
sueños apresados, muertos, ¡ cuernos!.
¿ Ay, amor, por ventura queda algo
que no haya dicho a las cuatro esquinas?
Ruiseñor, colina,
por favor corramos las cortinas.
XII
Habrá de venir la fina avispa,
encorsetada, presidiaria, presumida,
con su aguijón, veneno de poesía
a hinchar la carne que dormita.
Mundo, tierra y universo
pueden estar rebosando dentro del seno
de una hermosa mujer que en el lecho
ha puesto sus labios en mi pecho.
Esa tierra, pan, ceniza,
aferrada en la lanza de su mano,
ese doler por la boca la sonrisa
que escapa del absurdo a su calvario.
XIII
A toda luz robada,
mesa estrecha,
dos floreros,
bebe leche la criada
y tío Carlos
ceniceros.
Pintura toda encerrada
en los marcos
de maderos,
con polvo en la mirada
mira el cuadro
vinagreros.
Mi prima, tiesa, alzada
imagina
los saleros
cual la fuente salada
y bosteza
por braceros.
( Tras de la tarta helada)
como flor,
zalameros:
volveré el santo de Ada,
dicen dientes
embusteros
y los pies dando patadas
en la calle,
a los culeros.
XIV
Soledad bella estrofa
del verso que no se ha escrito,
melodía sin notas,
olor a muerte y a frío.
Cuando voy de tu mano
hasta los campos y el río
siento la ausencia en el llano
de las flores y de los riscos.
Tú eres para mí
como pesadilla eterna
camino que no tiene fin
como agua seca.
XV
Una mujer ríe, dos colmillos de oro, su mano es un cuervo que atrapa a una rosa, que es mi amor. La diosa del lago regresa al fondo, entre gigantes montañas, espera que vuelva la noche, duerme el arte, duerme la vida, el cielo está más pálido, la rosa se marchita sobre ella baila la diosa de los ojos azules, vestida de muchos encajes, arropada en las brisas, sobre el lago amarillo. |
XVI
Catutu come pétalos,
Osarda duerme en jaula,
¡sin marido!
Catutu quiere ser flor,
Osarda un perro para morderle.
Osiris abre las puertas a Osarda,
Catutu llora y no lo comprende...
XVII
Una vieja torre de iglesia
mira al cielo ebria,
gentes ocultas, negras,
como sombras, recogen tierra,
horizontes eternos, rubios,
cielos manchados por altos,
voces lejanas, como de cuerdas,
borregos sin lana lloran,
ríos sin agua,
gente sin vida, como muerta.
XVIII
Hoy te veo triste,
quizá te llamaron fea...
¿ Y lo has creído?
Cuando eres una ola
que camina entre las sombras
luz que se mueve cantando
y despide olor a rosas.
No me llores más, mi niña,
que a tus ojos verdes canto,
me recuerdan en sus lágrimas
al rocío entre los nardos.
¿ Fea tú? Ni en tus dedos
que cuando tengo tus manos
me acarician sus cosquillas
sofocando mis enfados.
No llores más, mi pequeña,
piensa que te estoy mirando
y cuando te veo así
de tu llanto me contagio.
XIX
Yo la veo ir
las mañanas frías
con la lluvia hielo
a la tienda de mi viejo barrio,
con su falda estrecha,
chaquetón de cuero,
sus cabellos son rizados
y en marcados negros
en sus ojos verdes
hay más llanto y hambre
que pasión o fuego.
Pobre mujer "mala"
de mi viejo barrio
a mí me da pena
de su negro pelo,
restregado a la noche
en la mano tosca que no dejará
ni siquiera un beso.
Qué amor brillará
en su frío lecho
si el hombre que acude
a tener su cuerpo
juega con su vida
cual fuera un muñeco.
Y la llaman " mala"
y quizás por esto
comenzó algún día
a usar en derecho
eso que escapaba
de los cuchicheos.
Pobre mujer mala
de mi barrio viejo,
creen que pagando
ya basta con eso
como si el amor
que ella regala
valiera dinero...
XX
Siento en mí como mil vidas
distintas, aferradas a mi cuerpo,
mil seres que luchan sin fatiga
por conquistar la esfera de mis sueños.
Distinto soy, en apariencia uno,
mas esta carne y la sangre que le lleva
el calor no es más que un lar de cera
donde arden los sueños de mis mundos.
¡ Cómo no comprender así a la gente!
y no ver el todo que rodea
al todo que conmigo siempre vela
alcanzar el uno que le tiene.
Siento en mí como mil almas
que llevan mi cuerpo al paraíso,
así como vientos que deslizo
e impulso incontroladas ansias..
Distinto en todo soy el mismo,
que os da una mano que no es suya
pues en ella sus dedos estrujan
compases de distintos ritmos.
Qué inconquistable soy de mis anhelos,
quién sabrá encontrarme si perdido
soy cansado por este camino
donde salen en ramo los mil cielos.
XXI
Me llevó una nube
a tu casa alta,
caminé en el aire
porque era alma,
llamé a tu puerta
y era una campana,
tú, que no me abriste
eras toda agua,
grité con cristales
y abrí mi garganta,
te pedía un beso
que tú no me dabas,
y besé la nube
y era toda agua,
me llevó una nube
a tu casa alta,
tú no me abriste
eras toda agua,
volví como vine
la cabeza baja
por unos senderos
de esmeraldas blancas
por unos caminos
azules y platas,
sobre aquellos ríos
de cobre y de nácar,
me llevó una nube
a tu casa alta
¡ Y eras tú la nube
porque eres agua!
XXII
Hay un mundo mejor
que aquel que suena
es el mundo de la noche
el que a primera
vista se esconde,
es el mundo del amor,
porque es del hombre.
XXIII
Días vendrán gloriosos, de ventura
sobre la frente de ciudades grandes
con filosofía austera y haces
de poética belleza su hermosura.
El hombre acudirá a cavar su tierra
con un azadón de plata y de oro
y la tierra preñada de tesoros
desbordante se ofrecerá toda ella.
Ese día que esperamos y que esperan
aquellos que vuelcan su pobreza.
Unidos de la frente, como espejos,
los unos de los otros separados,
cantaremos el mismo canto,
formaremos un solo cuerpo.
Venid a mí, animalillos,
que correteáis por el mundo
y yo os aliviaré,
no echaré saliva en vuestros ojos,
ni lameré vuestras heridas,
me bastará con no asesinaros,
dejaros deambular por mi jardín,
dormidos entre mis rosas,
hallar tesoros del oscuro estiércol,
sois la página de la Creación,
sin vosotros no hubiera Creator Imperator,
tan calladitos y autóctonos,
lástima de mí que haya de alimentarme
y convertiros en mi persona,
pero ¿ quién de los otros que os aman
cuando devoran plantas no os muerden?
Últimos poemas incorporados: Madrid, junio 27, 2023
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Ilustraciones: dibujos de José María Torres Morenilla
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